«estar casada contigo, había dicho, es como caminar con una mochila llena de piedras todo el tiempo, piedras que no sirven para nada; y resulta posible sentarse y descansar un rato, pero jamás quitarse la mochila»
Tor Ulven
Antes desprecié esa virtud,
llamada paciencia,
por el ansia de terminar pronto
las acciones comprometidas
en búsqueda de tiempo
para mis deleites.
Sin embargo, hoy
es necesaria
para construir
no sé qué.
Ahora, voy ganando horizonte
a tus lágrimas soñadoras
para despertar en medio del rocío de ellas
en el jardín de rosas Atlántidas
perdidas en el universo.