PECH

Nuestro amor derrotado

Tu silencio, mi distancia,

tu corazón perdido en el bosque de mi indiferencia. 

 

Tu voz tímida, mi orgullo imparable,

tu desconcierto buscando una salida;

para aclarar tus dudas,

para sumergir cada pregunta

en la respuesta que tu oído busca,

en cada señal donde nace una promesa,

para llenar tus latidos con prosas

y el mundo con suficientes rosas.

 

Tu mirada esquiva, mi arrogancia burlesca

mi corazón hechizado: su reflejo hecho piedra.

Los momentos contigo escondidos detrás de la niebla

que huyen desesperados a gritos, a recolectar 

sombras entre las hierbas,

donde tu beso quema, donde tu beso deja huella.

 

Tus caricias fantasmas, mi insolente ausencia,

mis pecados más atroces vagando en las pupilas de Era;

lastimando tus intenciones

arrancando tus alas

desvaneciendo cada una de tus ilusiones.

Dejándote a la deriva,

como carnada de tiburones,

como isla abandonada,

entre la locura del naufragio

que contempla el comienzo de la alborada.

 

Tu silencio, mi distancia,

nuestros cuerpos necesitados,

nuestras almas abnegadas 

y nuestro amor derrotado.