Cuánto quisiera morir por un segundo en tus párpados fulminantes, varios kilómetros recorridos por ver aquella sonrisa que como una brisa me había fascinado en el país del fin del mundo, qué ironía, ahora en la mitad del mundo te hacías eco en mis oídos, y volvías a ser protagonista en mis letras.
Vivo entre los abismos de sentimientos postergados, es difícil no tener miedo a explotar en medio del tiempo turbulento, desestabilizas mi ser a un punto de volverte arte para mi alma, es difícil simplemente tocarte, eres como ese lienzo que no quiero quebrar y contemplarlo perfecto, podría estar a solo 50 metros de ti, pero no puedo sentirte a pesar de que la brisa quiere llevarme hacia ti.
La vida es un dejar proseguir, pero cada recuerdo me embriaga como en la primera mirada, el primer suspiro y el primer verso, tan solo deseaba ser el dueño de tus besos y el principio de tus pensamientos y tus palabras, ahora soy dueño de mis inseguridades y angustias, ahora, tan solo me dejo caer en el basto abismo..., de sentimientos postergados.