Las gotas de la lluvia están contentas,
cayendo libres siempre en las tormentas.
Parecen de cristal y de alabastro;
y van con gracia en busca del rey astro.
El sol, que está cubierto por las nubes,
ayuda pide al viento y los querubes.
Les pide que, con soplos de dulzura,
disipen esa bruma tan oscura.
Desea dibujarse en las marismas,
pasando entre las gotas que son prismas.
Llenar todo el ambiente con su magia;
belleza de natura que contagia.
Los ángeles, con bellas alas de oro,
apartan a las nubes con decoro.
Y asoman, refulgentes y radiantes,
los rayos del rey astro dominantes.
Estallan mil abrazos en el cielo
de luces y de gotas en revuelo.
Y así surge la magia en el momento
llenando de color el firmamento.
Pintados desde el rojo hasta el violeta
con arte de la más bella paleta.