Sumergido en la oscuridad de la noche,
mis pensamientos danzan sin tregua,
como hojas arrastradas por el viento.
El reloj, implacable, marca las horas,
Las sombras se alargan, se retuercen,
y mis ojos buscan refugio en los pliegues
de la almohada.
Los sueños se escabullen
como peces escurridizos,
y mi mente, inquieta,
se enreda en sus propias redes.
Hay sonidos que son un vals de sombras
Un cortejo de suspiros y silencios,
donde los minutos se estiran como gatos perezosos.
Las estrellas titilan en complicidad,
mientras mi alma se desdobla
en insomnes versos.
Sumergido como un buzo
en las profundidades del cansancio.
las palabras fluyen como ríos subterráneos,
y el papel, paciente, recoge mis confidencias.
Melodía secreta que despierte mis sueños.