Tomás Osorio del Río

En las montañas de arena

Nos acercábamos al bosque,

ese lugar donde niños y mascotas

corretean al son

del baile en la mascarada.

 

Yo y esa niña mora,

nos preguntábamos por qué

íbamos de la mano.

 

Éramos niños sin razón

para buscar en las montañas

lo que no hallé en la flora

de esa ciudad que me abrumaba.

 

Yo y esa niña enamorada

Nos perseguíamos sin saber

cuando terminaban las horas.

 

Pisábamos las montañas de arena

buscando esas migajas

de cariño en las esporas.

Nos maravillábamos ante las faunas

que en nuestros seres habitaban.

 

Yo y esa niña colorada,

escalábamos juntos la montaña,

sin temer a la caída.

 

Mientras se sonrojaba,

vislumbraba nuevos enfoques

de esa sonrisa pagana.

 

Pero la infancia ignora

lo que el amor calla

y tras bajar de las montañas

me despedí, y la añoraba.