Una sola fe errada
para recorrer la mentira,
un pétalo hundido en el fuego
que caliente
la piedra lúgubre
de un altar de lluvia,
violetas africanas
para un trébol
iluminando la encrucijada,
trazas de voz corpulenta,
sonrisa del cristal a capela,
el maná de los sueños
es el espejismo
de un gato
que elije siempre al joven enamorado,
una luz sin imágenes
ocultándose tras tu carne,
un pez
sin circo en la boca,
un anillo moribundo
para el cuerpo.