Baje 3 pisos con lagrimas en los ojos, hacia viento pero no el suficiente para despeinarme...
Pero el necesario para quebrarme la voz y formar un riachuelo por mi mejilla.
Desconozco si en algún momento miraste algo de luz en mi y si supiste que entre tanto caos elegía quererte, el tiempo fue muy breve pasaban muchas horas de distancia y conflicto entre nosotros mientras fumabas ese primer cigarrillo.
La deshonestidad me atrajo aquí y me arrastro como un grano de arena al mar... Me marchite en verano, me consumió el sol, las cosas más difíciles siempre las complico
Yo.
¡Que dolor! ¡Que rabia! ¡Ya no existe ni gozo ni palabras!
¡Que dolor! ¡Que desesperación saber que mi peor enemigo soy yo, soy yo!
Terminaste ese último cigarrillo y mencionaste palabras que me atravesaron como dagas. Me cortaron el sistema y un poco la vida, entiendo el porque.
No pido clemencia o algo de consideración.
La deshonestidad y el autoengaño han sido abrasivos conmigo pero...
¡Qué dolor, que rabia! ¡Ya no existe gozo ni palabras!
¡Qué dolor que desesperación saber que mi peor enemigo soy yo, soy yo!