Eres la razón de mis lágrimas, rezós y sueños. Mi amor de carne y hueso, el palpitar constante que da vida a mis días.
En cada mirada y en cada abrazo, siento la realidad del deseo y cariño, que para mí son tan fuertes y verdaderos, como el palpitar de mi corazón.
No quiero que sigas siendo un sueño ni una ilusión, sino la persona que vuelve a llenar de significado cada momento de mi existencia.
G3