Marpoet

Dios no está en el cielo

Ayer me subí a un pájaro de acero,
vi las nubes, pensé tocar el cielo.
No encontré a Dios, sólo; viento, desvelo,
¡Padre mírame! Es lo que yo más quiero.

Buscando en las alturas un sendero,
quise hallarte en la luz y en el anhelo.
Mis ojos se perdieron en el vuelo,
mi corazón se sintió prisionero.

Mas, sé que estás en cada amanecer
en el susurro del viento callado,
en cada estrella que logra nacer.

No es necesario tal viaje elevado,
pues en mi pecho te puedo tener.
!Si! Dios está aquí, en mi, en ti, atesorado

 

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