¿Casualidad no?
te vi salir de la tienda
de los recuerdos,
la que esta cerca de tu casa,
bella como siempre si....
pude observar
como en el giro de tus cabellos
de cataratas de agua cobrizas,
mostraban la perfecta gracia
de su increíble lluvia de sensualidad...
Creí que estabas sola,
no dude en acercarme
pero tu risa espontánea,
resonar de mil timbales
me detuvo,
en el festejo de una gracia ,
que tu marido
de segura indecente,
te dijo al oído.
Se de que se trata ello
porque tu me lo has contado,
Algo que nunca fue tu agrado
pero que conmigo, rápidamente aprehendiste.
eso y algo mas...
que tu muchas veces,
intentas poner en practica con el.
pero sé, que el no entiende tu idioma,
ese, el del volcánico e instantáneo estallar de tu ser,
¿Porque no fue lo nuestro? ¡No lo sé!
Tu vientre aun vacío de vida,
Demuestra que aun prima en vos,
La prioridad de tu trabajo y profesión,
Nada que tenga forma de manos pequeñas,
o llanto de amaneceres con hambre,
ha sido parte importante de tu vida.
ni de tus pensamiento.
te crees aun ser la propietaria de la eterna juventud.
eso puede esperar, su tiempo aun no ha llegado....
Paso el tiempo , o casualidad, hoy quince años después
nuevamente te veo salir de la tienda,
pero el giro de tu cabellos ya no conservan
esas cataratas de aguas cobrizas,
es apena un corto arroyuelo de frío otoño
con las primeras muestras de nieve invernal
corriendo tenuemente sobre el,
me acerque,... claro,.... me acerque,
con jalado como por una mano pequeña
que una ves fue la razón que te prepuse,
sueño de que...... en ves de ser dos fuéramos tres,
el ya sabe que de tu vientre no podrá ser.
los años han pasado, aun para el sin nacer.
Algo te toco...., no se lo que pudo ser
te distes vuelta, intentaste no mirar,
me conoces de memoria.
no tenias necesidad ,
no había un porque....
y tu cuerpo tembló, como aquella vez
cuando pegado en savia y sudor
la virgen que habitaba en vos dejo de ser.
Paradoja del destino
fruta madura sin comer.
la soledad te ha quebrado,
en tus ojos lo puedo ver.....
y en mi,.... la espera interminable
del no poder beber, en el pleno desierto,
de tu negado querer.
la prístina agua de tu secreto ser.
Le Mont.