Busque el amor en el calor de un beso, en las manos de una mujer hermosa, en el rincon de un aula, entre las cortinas de un teatro y en lo empinado de una montaña, donde deberian esperarme tus caricias y tu lindo cuerpo.
Busque el amor en diferentes ciudades, en sus restaurantes, en cafeterias y en los cines, pero no pude hallarlo , pues no estabas tu con tu belleza y tus palabras dulces como las fresas.
Busque el amor en lejanos parajes, a la orilla de un rio, cerca de un arbol de palma, en el costado de tu cintura, y en el murmullo de una abeja al pasar por mi lado.
Hasta que al fin pude encontrarlo despues de ver caer un aguacero una tarde de junio, como si la lluvia con su agua hubiera limpiado el camino en mi mente a mi mujer amada, y pude verla llegar a mi encuentro entre flores y el brillo del rocio, dandome cuenta que mi busqueda no fue en vano, pues la encontre a ella, a la mujer dulce por la que hoy escribo, la que me regalo su amor a la orilla de un abrazo junto con su cariño.