Se ha hecho noche en la laguna
donde tanto nos amamos
la mangata de la luna,
cuantas veces observamos.
El reflejo sobre el agua
iluminaba tu cara,
se me estremecía el alma
al ver esa tez tan clara.
Cuantas veces abrazados
vimos allí amanecer,
en la pradera sentados
entregados al placer.
Abrazados por las sombras
de un silencio sepulcral,
a veces hasta te asombras
de un lugar tan especial.
Recuerdo aquellas miradas
contemplando las estrellas
eran tan apasionadas
que no concibo más bellas.
Classman