Pensamientos de madrugada
Es una ley universal, que hace eco, en las sombras de la eternidad, totalmente inefable, incomprensible y totalmente, admirable, fue es y será aquella caricia que desprende fragancias a todo corazón que permite el albergar, tal incomensurable mover, sencillo e indescifrable a la vez.
¿A qué idioma habla tal sentir?
¿Podrá la pequeñez descifrar la magnitud de tal inmensidad?
Aquellos ojos, contemplan con ternura, a quien por defecto, carga una burda armadura, como pretendiendo ocultar la fragilidad de su existencia, disfrazándose con fiereza y vana dureza.
Y en contraste, la delicadeza del rayo del poderoso, Sol, cuando besa a la flor, el tiempo acaricia a los segundos, más doblega a la juventud, y en un segundo, la muerte, se lleva toda una existencia y de una vez, no deja rastro de tal altivez.