Tener una novia en antaño
era toda una aventura,
no había forma de estar solos
la vigilancia era muy dura.
Las visitas a la novia
tenían un horario restringido
y si uno no estaba de acuerdo
enseguida era despedido.
Era imposible salir solos
siempre había un acompañante,
porque se tenía que respetar
a la novia en cada instante.
Cuando se iba a un baile
no se podía bailar pegado,
porque siempre uno tenía
un familiar al lado.
Un beso o una caricia
sólo en la imaginación
y en las cartas de amor
se desataba la pasión.
Las normas eran estrictas
a nadie se le hacía daño
y hoy recordamos con emoción
aquellas novias de antaño.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,07/05/2024.