Torajiro

Rinoplastia

Emma siempre se quejaba de su nariz,

Se quejaba de que era demasiado larga, demasiado fea,

a veces en su desesperación se comparaba a sí misma con un loro,

en las noches en las que era más dura consigo misma,

se comparaba con un tucán...

\"No entiendo de pájaros, mi amor\"

Le repetía una y otra vez encogiéndome de hombros,

no veía nada malo en su nariz,

estaba en perfecta sincronía con el resto de su rostro.

para mí era perfecta, y así se lo hacía cada día saber,

no sólo con palabras, sino con hechos...

Tenía locos a todos los chicos del vecindario,

me envidiaban por andar con ella,

su cuerpo era envidiable,

sus ojos marrones azabache

podían llegar a hipnotizarte,

Nunca había escuchado a nadie hablar mal de su nariz...

Pero ella estaba obsesionada...

Yo amaba sus imperfecciones,

sus lunares en la espalda,

aquella peca redonda en el centro de su escote,

su nariz algo larga y curvada...

Me gustaba tal y como era,

pero no parecía creerme,

me acusaba de mofarme,

pero yo nunca me hubiera mofado de la mujer a la que amaba,

Un día vino hablándome de hacerse una rinoplastia,

\"¿Que es una rinoplastia? -Pregunté

\"¿Operarme la nariz, idiota! ¡¿Es que nunca me escuchas?!

Claro que la escuchaba, solo tenía oídos para ella,

3.400 euros costaba su felicidad...

Me parecía demasiado por alterar un rostro que no necesitaba modificaciones...

\"¡Tu nunca me apoyas! ¡Solo piensas en ti mismo!\"

Aquella cantinela se alargó durante días...

No entendía como podía gustarme algo que ella consideraba detestable.

unos meses después me pidió que nos diéramos un tiempo,

alegó que no tenía nada claro hacía donde iba nuestra relación...

Hacia dónde narices... Nunca mejor dicho... Se suponía que debe ir nuestra relación...

El amor no conoce del espacio-tiempo,

ni tampoco de rinoplastias...

Ella nunca lo supo, pero su ruptura me dejó destrozado,

a los pocos meses intente recomponerme,

salí con otras mujeres,

pero no funcionó...

Ninguna tenía su nariz...

Fue un año más tarde cuando volví a verla,

estaba en un restaurante concurrido,

acompañada de un elegante galán que vestía mucho mejor que yo,

pero ella ya no era la misma,

había cambiado,

la nariz que estaba en mitad de sus ojos y su boca

era otra,

sentí que había perdido aquel encanto único y personal que la distinguía del resto,

Ahora solo era una belleza más...

Sosa y aburrida,

otra cara bonita más...

Pero aquel encuentro me sanó,

La Emma que había perseguido durante este año ya no existía,

había quedado en un bonito recuerdo de mi pasado,

por fin podía mirar hacia adelante,

y encontrar unos nuevos brazos,

en los que reposar,

y un nuevo rostro lleno de imperfecciones

que poder contemplar