La vida y su paradoja
es como árbol de la vida
que al sufrir profunda herida
va sangrando y se deshoja.
Si el dolor no se despoja
va doliendo en cada paso
y quizá, con un fracaso,
que te nubla la mirada…
—¡Pero vive enamorada,
de la vida hasta el ocaso!
La vida surca los mares,
la vida surca los cielos
cargada con sus anhelos,
cargada con sus pesares.
Se teje como en telares,
de variopintos colores.
A veces, llena de amores
y a veces, con sus tristezas;
mas siempre, carga bellezas,
como luz de los albores.
Por eso, querida amiga,
entre la vida y la muerte…
¡La vida, tienes por suerte...!
—¿Qué quieres que yo te diga?
—¡Supera toda fatiga
aunque vayas, por la duna;
aunque no veas la luna
ve y destaca, tus virtudes!
—¡Cambia ya tus actitudes
que la vida, solo es una!