Lejos de casa, el corazón se desgarra en agonías,
Cada latido es un eco de profunda soledad.
Las calles ajenas no reconocen mis pasos,
El viento susurra una cruel realidad.
Recuerdos difusos se desvanecen cual niebla,
¿Dónde quedó aquella dulce familiaridad?
El espejo refleja un rostro desconocido,
Exiliado de mí mismo en esta inmensidad.
Las noches son largas, el silencio ensordece,
Añoro el abrazo de mi antigua ciudad.
Errante poeta, en versos halla consuelo,
Emiliano, su nombre es símbolo de esta dualidad.