Carlos Ojeda

Nuestra niñez.

Nuestra niñez.

 

Entre charco y charco

reíamos y sin prisa

jugábamos a ser niños.

Las ganas por llegar

carreras de locos

sin miedo por caer

que bueno era ser chicos.

Todo era posible

todo se creía

éramos parte del todo

fuimos esa verdad.

Hoy, mirando atrás

ese inocente

que se lleva por dentro

no se ha querido ir

se deja llevar de vuelta

a la ilusión,

al soñar.

Yo sé,

que tú también

lo sueñas.

              Amigos míos.