Lo efímero de la vida
La vida es un suspiro en un rincón,
un eco que se apaga sin razón,
un rayo que se quiebra en el azul,
y deja solo sombra en el albor.
Un día somos brisa, somos luz,
al siguiente, cenizas y quietud,
la rosa que florece en su fulgor,
pronto pierde su encanto y su virtud.
El tiempo va dejando su señal,
en cada arruga y en cada ideal,
los sueños se disuelven como el mar,
en la orilla, sin pausa ni final.
Mas, aunque todo pasa sin parar,
en lo efímero hallamos el cantar,
de cada instante, un verso que al vivir,
nos enseña el valor de amar sin más.
Así transcurre el día sin cesar,
las hojas del otoño han de marchar,
el río de la vida sigue igual,
llevando nuestras penas al azar.
Nos quedan solo huellas del ayer,
memorias que no dejan de doler,
y en cada despedida un renacer,
que nos recuerda lo que hay que aprender.
En la fragilidad hay una flor,
que muestra su belleza sin temor,
y aunque el viento la arranque de raíz,
su esencia queda siempre en el amor.