Zigzagueantes senderos
llevan a una encrucijada
de polvorientos caminos,
donde no se aprecia nada.
Comienza allí nuestra vida
y tenemos que elegir
en medio de esa neblina,
nuestro destino a seguir.
Se inicia ahí, el calvario
de un ciego por los rincones
dependerá de su fario,
un sinfín de condiciones.
Cada día nuevas rutas
con triunfos y con fracasos,
amistades y disputas
también momentos amargos.
La muerte es nuestro final,
el tiempo no se detiene,
inexplicable y temible
de improviso sobreviene.
Classman