Luis Rodriguez.

Ella y mi yo interno

Podría contemplar tu belleza tanto como un hermoso paisaje que es admirado por un pintor.

Si intentara describir el sentimiento que tengo hacia ti, fallaría porque, al igual que tú, es indescriptible.

Pero me hace infeliz saber que tal vez no eres para mí,

y no porque así lo quiera la vida,

no porque estés con alguien más,

¡no!, más bien es por la melancolía tan contagiosa que hay en ti,

por tus inseguridades,

ni siquiera es por tu familia,

es porque te aferras a lo que te daña.

Es por eso que tal vez no eres para mí;

y aunque yo te amo,

tú no te amas;

y aunque yo ayude,

tú no te ayudas.

Oh, mi ser amada,

odiaré el día en que me tenga que marchar;

odiaré el hecho de desaparecer;

como anhelo que me ames tanto como deberías amarte.

Por tanto, seré paciente por amor a ti, esperaré con ansias el momento en que pueda amarte tanto como he querido que me amen.