El cielo palideció, talvez hasta a él le dolió la noticia, mis oídos quedaron sordos y por más que quería no supe detener el temblor de la mano, el corazón se me hizo como pequeño y el camino largó acompañado con terribles ganas de llorar... Tus palabras rebotaban en mi mente como un eco en un cuarto vacío, recordaba tus besos, tus manos frías y escasas caricias, pero nada funciono, los recuerdos fueron como leña que avivaban el deseo de rendirme, cayó una lágrima y como por fraternidad cayo otra, mi dedo hacia un movimiento extraño mientras temblaba mi boca, recordaba cuando bailábamos y de la nada reíamos, talvez fue que te quise mucho y tú no, talvez fue que confundí tus besos y los te quiero con amor, un amor que talvez invente yo.