La brisa es elegante
cuando baila con el aire
rozando las espigas.
Largas horas de trabajo
día a día y entran las noches,
mes de Julio,
retumba el suelo
y la cosecha viene como viene,
pero nunca se quebraron las espigas,
zozobra en tres dimensiones.
Adaptadas a la adversidad
por la furia ancestral
que baja con el rayo,
sufren a la deriva
desviadas de la ruta
donde se guardan los anhelos
y la piedra blanca de las traiciones.