La soledad, testigo implacable del tiempo, guarda los ecos de una juventud perdida. En su abrazo, cada recuerdo se vuelve un suspiro lejano, teñido de melancolía. La muerte se aproxima, pero en la soledad hallamos la esencia de lo vivido, un refugio nostálgico en el ocaso de la vida.
¿Será la soledad; el último abrazo de la vida?