Te invoco como un ídolo a su piedra
y te persigo entre monzones descosidos
entre tsunamis agresivos
y famélicos volcanes
¡Nunca te hallo!
No estás bajo las luciérnagas nocturnas
haciendo días de las noches como hicieras cuando estabas
No estás sobre las cálidas dunas
pariendo tus oasis de palmeras y arroyuelos y gramíneas
No estás dentro de las cuevas oscuras
blandiendo las linternas de tus ojos matutinos
no estás...no estás y requiero tu aliento;
necesito tu energía solidaria
necesito tu pelágica presencia
necesito esa sonrisa sempiterna
que me alegra y me conquista y me serena
cada vez que desquito este destino
que ha condenado mi existencia
con tu ausencia...