Algunos desconocen sus albricias;
disfrutan de la vida sin notarlo.
Gozando del amor, de amistades sinceras,
de salud, y tantas otras bendiciones
sin saber apreciar de su presencia…
Somos maestros de una atroz mentira
vivimos como en una mascarada:
Pintamos de blanco la mirada,
Mas nos vestimos de negro por adentro…
No obstante, las verdades se revelan
al ver, como al tratar con los que amamos,
a menudo cruelmente les hablamos
con dureza y crueldad, con desdén y desatino
y luego, con uñas de inclemencia los vulneramos.
Y así vamos por la vida deshilando
los pétalos del aquel débil clavel
que de un bello matorral un día cortamos…
Y… lanzándolos al aire los tiramos, sin saber,
como hacemos sangrar a sus entrañas…
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