En la rutina monótona y sin vida,
cada día se desvanece en la nada,
la existencia se torna sombría y callada,
en la monotonía, el alma está perdida.
Los días se suceden sin emoción,
cada hora es un eco vacío y hueco,
en la repetición, se esconde el eco,
de una vida que se desvanece en la ilusión.
En la cárcel de la rutina sin salida,
la vida se convierte en una sombra gris,
cada paso es un suspiro sin raíz,
en la monotonía, se esconde la herida.
En la muerte en vida, el alma yace,
atrapada en la tela de la monotonía,
cada latido es un grito de agonía,
en la rutina sin vida, el espíritu se deshace.