Nunca sabes como ocurre, pero llega.
No sabes en qué momento, pero sí, de qué manera, sabes cómo hacerlo, y descubres que funciona.
La pureza existe, la verdad, la honestidad, existe, el calor, existe.
El encuentro, llega.
El amor, el sentirlo, el saberlo, se fusiona, te convierte. Existe.
Resquicios... de malas costumbres, de tiempo perdido, cicatrices, ya no duelen, aunque perduran.
Los sueños, desgastados vuelven, empujan, recuerdan, lo que eres.
Los miedos, conviven, despistan, mienten... dejas de hacer caso.
Dejarse llevar, debilidad controlada, a veces, esencia...
Saber... suficiente, conectado, seleccionado, limitado, filtrado...
Te observo... y no puedo alcanzarte, eso me incita.
Te busco, y por más que lo hago nunca te encuentro, y cuando no te busco, tú, apareces...
Mis tácticas, ya no me sirven, me desarmas, pero eso me gusta.
Me confundes, y me frenas, me lanzo de cabeza y cuando me doy cuenta caigo al suelo, y me río... y quedo fuera de juego.
Me desconcierto, veo potencial escondido, me pregunto, si a conciencia.
Te descuadro, lo sé, tampoco quiero no hacerlo, no voy a esconderme, ni a negarme.
Que me frene, no quiere decir que me oculte.
Te noto, cuando me dejas, cuando te inyecto y aceptas, aunque a veces me falta, cuando te cierras...
Me calmas y no sé de qué manera. Me alivias.