Cada uno con su ritmo
ha de bailar,
al son del sonar
de los sentidos.
Que la espera
desespera
en mil latidos,
los olvidos devienen
en quejidos.
Bailando
Bailando y dando vueltas
alrededor de las ruedas
de un compás.
Palpitaciones,
confusiones, distracciones,
vamos llegando
a los finales de la historia.
El ritmo sigue suave,
Y no se detendrá,
el corazón, sufre, sueña
sueña y sufre, goza y sueña,
al ritmo del amor.