jvnavarro

DIARIO DE VERANO XII (¡VAYA DÍA)

¡Damas de la noche,
luces deslumbrante del día,
antepasados de las cavernas,
diosas radiantes de alegría,
os invoco a falta de que me deis cita
para una consulta
que en nada tiene que ver
con enfermedad corporal alguna!
 
El alma a veces pide ayuda
para cuando los calores aprietan
y las aguas del mar se llenan
de puntos negros a la deriva.
 
Un montón de historias tristes
y otras llenas de alegría,
 de palabras esdrújulas, llanas 
y agudas,
viven en los versos
que forman parte de nuestras vidas.
 
Una ola me trae 
una sonrisa,
otra una pena
y la última un suspiro
de amor
que casi me constipa. 
 
Desfilan en esta mañana
 ellas las palabras
con buena compostura,
son esclavas del saber
y amas de quienes caen en sus avernos
en los malos y buenos días.
 
Así se citan:
 apenado, entristecido, afligido apesadumbrado, atribulado, pesaroso, mohíno, mustio, taciturno, compungido, lloroso, cariacontecido,
 contento, júbilo, alborozo, algazara, animación, entusiasmo, felicidad, regocijo, diversión, esparcimiento, entretenimiento, gozo, regodeo,
cariño, afecto, querer aprecio, estima, apego, bienquerencia, sentimiento, afección, adoración, idolatría, devoción, veneración.
 
Una vida esta consumida
en ver venir lo que llega
y ahora
ya estamos arriba,
de esa especie de torbellino
que nos llevará
a un reino perdido,
con no más aventuras
que aquellas que sobre la tierra quedaron
olvidadas ya,
sin más que decir
por ahí deben estar ellas perdidas.
 
Como se ve cerca del mar
hay vida,
tanta que uno se llena
de todo aquello
que intuía que existía.