En estos trazos
quedó lo que compartí.
Una entelequia rara
de ideas sueltas,
que en la mayoría
de las veces,
aparecieron sin saber,
que el destino del poeta
está escrito
desde antes de nacer…
Luego escribí
para soñar
y confieso,
que alguna vez volé,
por los espacios siderales
de la poesía,
donde arcaicas notas
me señalaron un camino
que hoy perdí…
Hoy dejo de escribir
para que los silencios
hablen en su idioma
imaginario…
Sé que
los adioses
que dejan una huella atrás
siempre serán
transitorios.