Si de aquellos momentos que vivimos
un glosario escribiera,
lo tendría que hacer en varios tomos
que conservarlos puedan.
¡Fueron tantas las horas de embeleso
que aún tengo las huellas,
de esos días tan llenos de locura
y sublimes entregas.
Las palabras podrían agotarse
en tan febril tarea,
porque fuimos dos llamas incendiarias
de lujuria cubiertas.
Por ello en los recuerdos de esas horas
que fueron estupendas,
tus besos exquisitos han de verse
pintados en mis letras.
No pondría del todo un epitafio
porque es posible vuelva;
a surgir de las brasas que quedaron,
¡de amor la llama eterna!
Autor: Aníbal Rodríguez.