Manugongue

No me cansa contemplar tu rostro

No me cansa contemplar tu rostro.

Es solo una imagen,

-¡hace tanto tiempo!-

Cartón, blanco y negro.

Pero te veo viva,

como aquel entonces

en tu plenitud,

y después... aquello,

cuando tu mirada

parecía decirme:

\'\'ámame despacio,

no corras, hay tiempo\'\'.

Y yo te esperaba.

Y el tiempo voló,

y voló contigo

hacia las estancias

del vacío infinito.

Y yo te busqué

en lo más profundo

de mi desconsuelo.

Y nunca te hallé,

mas conservo intacta

tu imagen amada,

y así,

preso en ella

espero mi fin.