Hundida en su Plumaje
Sus Alas buscaban un Nido, una Morada.
Borrones de Humo Negro y de sola Soledad
la Alcanzaban.
Absorta en su Vuelo-Caída
Creyó que el Viento era Agua.
Creyó que la Mar y la Arena la Cobijaban.
Creyó que la Penumbra de su Arboleda
Era sólo una Rama.
Creyó en sus Propias Desdichas,
Que Devoraban sin Velos su Alma.
Creyó que la Flor en Rocío
Era la Sana de su Corazón Herido.
Creyó que ya Dormían las Cenizas de su Rosa
Su Dicha Aromada, Perdida, Perfilada.
Creyó que su Nombre era ya Gris.
Y Supo que No se Equivocaba.
Y Sólo fue el Silencio Hilado en Negros Encajes
La Niebla, la Noche
y el Sin Sol de un Alba Manchada.
(Patricia)