Sin tener riquezas, sin ser la más bella;
sin tener amor, inteligencia o sabiduría,
mi existencia ha sido muy oscura...
y todo por causa de la maldita envidia.
Envidia por esfuerzos logrados,
envidia por privilegios ganados,
envidia por ser la predilecta,
envidia aun por ser preferida.
El sentimiento más perverso
que tiene el alma es la envidia;
es tan malévola… que traiciona
sin contemplación ni remordimiento.
La envidia es fría como una daga;
acaba con lo bueno de una persona;
y no le importa los estragos causados,
se regodea en el dolor y en la destrucción.