Lea Nieves Torres

Sonets

La tarde va abriendo sus puertas doradas

Dormitan los brazos leves del Crepúsculo

Los tenues matices le son como un ósculo

Con el que se besan las cosas sagradas.

 

 

A lo lejos se oyen mil notas saladas

De cuerdas finitas exactas en cálculo

Y un pastor de ovejas traza con su báculo

El paso que deben seguir las vacadas.

 

Ya muere la tarde ya sale la luna

Titilan estrellas en el vasto cielo

Mientras en mi pecho la pasión florece

 

En mi alma el ensueño del amor se acuna

Y en el alto Monte se derrite el hielo

De pasión que quema para mi fortuna.