Los niños sonríen
y van a la playa,
sus ojos azules
ansían el agua.
El sol en el cielo
derrama su gracia
y seca en la arena
las conchas doradas.
Aquellas que el niño
persigue y atrapa,
llenando calderos
sus manos de plata.
Pequeños tesoros
que muestra con ganas
a amigos y padres
que allí le acompañan.
Hay niños y niñas
jugando con algas,
y olitas pequeñas
de algunas resacas.
Hay otros que buscan
gaviotas, que espantan,
y siguen su vuelo
y oscura mirada.
Los niños sonríen,
no temen a nada,
y el mar les responde
y bendice su infancia.
¡Qué escena tan linda
de playa y de calma,
con niños jugando
y ajenos al drama!
La vida prosigue,
la gracia se acaba,
y el sueño del niño
regresa a su casa.
Malditas las guerras
que rompen y rasgan,
los sueños del joven
que crece y que ama.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/07/24