Oscarin Balderas

Desvelos

Bajo la luna pálida y serena,

mi alma se encuentra triste y taciturna,

como un suspiro que al viento se lleva,

mientras la noche tiembla en su inmensura.

 

Los versos fluyen como ríos de tristeza,

enredados en la sombra de la amargura,

pintando con palabras la melancolía pura,

de un corazón que sufre y desespera.

 

Mis pensamientos se pierden en el abismo,

de los recuerdos que ya no volverán,

y mi corazón, preso en su propio abatimiento,

llora silencioso sin poderse consolar.

 

Oh, cómo anhelo el susurro del viento,

que traiga consigo el eco de tu voz,

y la caricia suave de tus manos,

que calmen este dolor que me destroza.

 

Ojalá en el susurro de la brisa nocturna,

en el silencio que envuelve la penumbra,

se oculten los secretos del alma impura,

la añoranza y el dolor que nunca cesa.

 

Pero solo encuentro el vacío y la ausencia,

en el lugar donde solías estar,

y mis lágrimas caen como gotas de lluvia,

en un invierno perpetuo, sin cesar.

 

Las musas inspiran con su manto de nostalgia,

los suspiros ahogados en el viento frío,

y el poeta, en su pluma, vierte su agonía.

 

Así me encuentro, perdido en la tristeza,

como un naufrago en un mar sin final,

esperando el milagro de tu regreso,

par

a encontrar la paz y el amor total.