¡Qué frío,
se ve el mundo!
Puede verse la cara de la luna,
mientras los cementerios
atesoran los huesos
que deja aniquilada
la memoria.
Ya no tenemos culpa
de ir de junco en junco
y sentirnos tan solos.
¡Qué frío se ve el mundo!
Pero,
no mueras por favor,
no mueras.