Raiza N. Jiménez E.

En Conciencia.-

Cierto, he visto los dinteles de la muerte.

He estado tan cerca, y no entiendo nada.

Unos me dicen que es asunto de suerte.

Otros que, es porque mi aura, es dorada.

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Y, yo no sé cómo objetar, tales improntas.

Es que, en mi mente, se resbala la verdad.

No sé cómo, el Ser, a la muerte confronta.

Pretender saberlo, es un acto de vanidad.

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Ella es, la gran verdad eterna de esta vida.

Vale entender que, nos pauta, cada paso.

Del pecado original Ella es, la gran herida.

Negamos qué, justos, son nuestros pasos.

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¡Cada ser vivo, tiene sus respiraciones justas.

Persuadida estoy qué, hablar de Ello, asusta!