Si se quiere marchar agradécele
a Dios que se vá; si no hay amor
para ti, para qué retenerla?!
Tu estarás felíz y, que le valla bien porque mi Dios te bendecirá con un nuevo amor; tú eres un hombre de bien, no le ruegue déjala que se vaya.
Tú no la maltratas ni con palabras, hasta no le falta el pan a diario. Sigue tu camino porque
vendrá una buena mujer y, tendrás
paz y felicidad mí gran amigo,
dejala quieta porque no te sabe
apreciar lo bueno que hay en tí.