Mujer
Qué maldito dios,
qué satán bonachón
atrevió el esplendor
de la mujer
feroz animal
hermosísimo
criatura tierna y suave
y aguerrida,
diestra mano
bello rayo
culto doloroso
que seduce con su centro secreto.
Su naturaleza vedada
luz, sombra
que se nos estremece en los brazos
delicada y perturbadora,
subversiva y complaciente
que nos agita los ojos
y las razones,
que nos embriaga la sangre
nos contraría,
nos paraliza,
nos enajena
y nos sumerge en el delirio dulce
de su amor y de su cuerpo
con flechas cupidas
que confortan
y que duelen.