Entiendo que somos una cantidad nada despreciable, las personas que podemos disponer de aquello que se puede comprar con dinero, pero en cambio, estaremos condenados en buena medida a ver, como lo mejor lo más bello, lo más apetecible no lo podemos comprar.Lo mejor y más agradable del mundo sólo se puede pagar con el alma. Igualmente sucede con el dichoso amor, entendemos que no resulta para nada cosa fácil, poderlo comprar de verdad.Si alguien posee un alma impura incapaz del bien o al menos creer en el, tampoco tendrá la sensibilidad suficiente para lo mejor y lo más noble, y deberá conformarse con la imagen empequeñecida, ajada y borrosa del mundo y pensamientos, para propia tortura y pobreza forjada.