Pilar Luna

BARES DE PUEBLO

Antiguamente, las mujeres

se sentaban en las eras

a coser y a chafardear.

Ahora, los hombres

se colocan enfilados en una barra

al calor del moscatel

para tejer bufandas,

que no se les da nada mal,

con el ganchillo en las rodillas,

sin parar de cotillear,

son fáciles de manipular

y nunca sueltan una verdad.

Es un bucle en espiral,

tienen que quedarse

siempre hasta el final,

que si uno se levanta para salir,

despluman a su mujer

y le buscan otro padre a la chica,

que ya tiene edad de festejar.

 

Cómprate un saco

y quédate a dormir en el bar,

aunque para qué perder el tiempo

si mañana es hoy,

ya es hora de abrir

y tienes que ir a trabajar,

que te faltan diez años

para poderte jubilar

y trasladarte a vivir a este bar.