Quisiera volver a ser niña,
con sueños sin fin y risa divina,
donde el mundo era vasto y brillante,
y cada día un misterio emocionante.
Volver a esos días sin preocupación,
cuando todo era juego y canción,
las lágrimas se secaban con un abrazo,
y el amor se encontraba en cada paso.
Quiero sentir la brisa en el rostro,
correr descalza sin ningún costo,
creer en hadas y en cuentos de hadas,
vivir en mundos de fantasías doradas.
Regresar a esa inocencia perdida,
donde el corazón no conocía herida,
donde el futuro era un libro abierto,
y el presente un tesoro descubierto.
Anhelo esa libertad sin miedo,
la pureza en cada enredo,
volver a esos días de sol y color,
y abrazar de nuevo el calor del amor.