Entre mares de lamentos
en océanos de miedo,
entre las dudas del tiempo
alzo mis velas al viento
porque con ellas, navego.
Con aires de sufrimiento
con alas de blanca plata,
por los confines del cielo
se agitan, mis alas blancas
para huir de este tormento.
Entre arenas masacradas
por las dunas del desierto,
arrastro las cosas malas
y destrozo los momentos,
esos, que no valen nada.
Por abismos y cavernas
por las grutas del temor,
ando vagando mis penas
en busca de mi perdón,
perdido por esas cuevas.
En el olimpo del mal
en oasis de quebrantos,
en ríos donde pecados
nadie los quiso nadar,
en esos, ahora nado.
Y busco mi salvación
depurar todos mis males,
cruzo pueblos y ciudades
por conseguir mi perdón,
por vivir, sin ser culpable.
Soy un ángel del pecado
de la envidia, pescador
un peregrino que andando
quiere encontrar su perdón,
por maldades provocado.
Soy un alma arrepentida
en un mundo de dolor,
un triste y mal pecador
que busca una salida,
que implora la solución.
Peregrino de pecados
perdido por los infiernos,
un corazón destrozado
de aguantar el sufrimiento,
y el pago, de sus pecados.
Soy el ángel del destierro
un caminante de penas,
soy un hombre solitario
que lucha con su conciencia,
un hombre que penitencia
y perdón, anda buscando.