Sabes, por más que lo intentes,
Por mucho que inventes,
Que no te será fácil olvidarme.
Que entre tantas lecciones de tu vida,
La lección más aprendida
Fue cuando aprendiste a amarme.
¿Cómo borrarás de tu memoria
Los detalles de la historia
Que juntos, tú y yo vivimos?
Creo que valió la pena,
Porque haya sido mala o buena,
Fue la historia que escribimos.
Es cierto que el libro se cerró,
Que lo último que guardó
Fueron capítulos tristes…
Pero pese a eso, por lo visto,
No olvidarás que existo
…Ni yo que tú existes.
Al parecer estamos condenados,
Como dos reos sentenciados
Para siempre a recordar…
Tú, presurosa, has huido,
Yo aún no he querido
De esa sentencia escapar.
Yo acepto que aposté y perdí,
Aposté cuando te conocí
Que la vida nos sonreiría,
Nunca llegué a comprender
Que el premio a ganar o perder
Era tu compañía…
Aposté, luego de tantos amores,
Que contigo mis errores
No llegarían a apartarnos
Y mírame cómo estoy…
Notando con tristeza que hoy
No podemos perdonarnos.
Porque tú también fallaste,
cuando diste al traste
con tantas cosas mías…
Tal vez aún nos queremos,
Pero ya ves que no podemos
Olvidarnos de esos días.
Y el castigo, según parece,
Para los dos será ése…
El vivir recordando…
Un sentimiento que empezó
Y que quizá terminó,
Pero no sabemos cuándo.
¿Ya me buscaste sustituto?
No hay en lo absoluto
Ningún problema en que lo hagas.
Pero el amor no te sobra,
Si él algún día con besos te cobra,
A ver con qué besos le pagas.
Porque esos labios fríos,
Que antes fueron tan míos,
Aún deben tener mi sabor…
Sabes que así como era tu anhelo,
Al arco iris de tu cielo
Fui yo quien le dio el color.
Yo aún no buscaré a nadie,
Porque todavía respiro el aire
Que me trae olores de ti.
Oigo tu voz que me nombra
Y hasta creo ver tu sombra
Rondando cerca de mí.
Por eso olvidar, sinceramente,
Es nadar contra la corriente
Y será esfuerzo perdido…
Sin rencor vamos a continuar,
Para no tener que lamentar
El habernos conocido.