El piano hoy no canta,
su corazón ya no bombea,
las teclas se traban,
solo se escuchan gritos ahogados.
El mundo se cae en pedazos,
los árboles se secan,
alba de la noche
llora en su madre.
Una estrella de muchos años,
una luz que nunca llegó,
que hace tiempo se quemó,
murió en soledad.
Las hojas caen,
su quiebre canta su canción
con el viento que dicta
su nombre.
Y yo,
solo toco ese piano quebrado,
le lloro a mi madre,
muero en soledad,
y mis cenizas se las lleva el viento.