Siento como te mueves,
y como te acercas a mí lentamente,
desnuda entre los tules
y el visillo del aire,
sin vestido de noche,
sin medias,
sin mallas ni tacones,
sin sostén ni la bata de satén.
Entonces profanas ...
cada licor de la sobremesa,
y me aloco
porque el incidente crece,
fuerte y grande
en un deleite,
hasta que soy mordido
por tu fuego
con lengua de aguardiente,
como un abrazo de serpiente
sin precedente.